¿Raya o paréntesis?
- shalmalec
- 25 abr 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 15 may 2024
Una de las dudas más frecuentes al escribir (o corregir) surge cuando nos encontramos ante un inciso que queremos o debemos aislar.
Entendemos por inciso toda aquella información extra que realmente no es necesaria para entender el contexto de lo que se dice. Por ejemplo: Mi amigo Pedro, el chico alto de allí, viene con nosotras. Es información adicional que podríamos eliminar sin alterar el significado del enunciado principal.
Ahora bien, hay diferentes formas de aislar un inciso, todo depende de la vinculación que dicho inciso tenga con la oración principal y, a veces, la extensión o complejidad de este. Es decir, cuanto más extenso y complejo sea, es mejor aislarlo con paréntesis o rayas porque puede crear problemas de confusión con la oración principal.
En cuanto a la vinculación:
Comas —> alta vinculación.
Rayas —> media vinculación.
Paréntesis —> poca o nula vinculación.
Veámoslo con ejemplos extraídos del libro Anhelo de Tracy Wolff:
«Mientras me recompongo e intento decidir qué voy a hacer (volver a mi habitación, tomarme otro ibuprofeno y dormir un poco lidera la lista de opciones), me doy cuenta de que estoy delante de la puerta de la biblioteca. Y, puesto que nunca he estado en una biblioteca que no me haya gustado, no puedo resistirme a abrir la puerta y entrar».
En este caso, nos encontramos con un inciso muy extenso con su propia puntuación y que no tiene relación con lo que se narra. Es decir, está desarrollando las opciones de qué quiere hacer la protagonista, pero no tiene relación con los hechos ni que ya han sido narrados ni con lo que va a suceder a continuación.
«Pero perder a mis padres de la manera en que los perdí (de pasar de estar felices y vivos a fríos y muertos de un minuto a otro) me ha enseñado lo fácil que es que se extinga la vida».
Para poneros en contexto, a la protagonista le ha sucedido un suceso casi mortal que la lleva a tener esta clase de reflexiones. Ahora bien, a lo largo del libro se ha mencionado la muerte de sus padres repetidamente, es por ello que la autora no ha visto la necesidad de desarrollar extensamente lo que hay entre paréntesis y se ha decidido a colocarlo así. Lo que hay en paréntesis no tiene relación narrativa con lo que reflexiona la protagonista más allá de recordarle su muerte.
«Se vuelve a mí con lo que parece (espero) una sonrisa sincera en el rostro».
Aquí se aísla entre paréntesis porque es un pensamiento de la protagonista. No es información adicional a lo que se dice o está relacionado. Es un pensamiento subjetivo.
Ahora pasemos a las rayas para contrastar:
«Además, cada casita —pues parecen pequeñas casitas— tiene un letrero delante con el nombre del edificio e indica para qué está destinado».
«Tardo un segundo en recordar dónde estoy —en Alaska— y que los leves ronquidos que se oyen en la habitación pertenecen a…».
En ambos ejemplos vemos que hay una estrecha relación entre lo que se aísla y lo que se narra en cada enunciado. En el primer ejemplo, las rayas introducen una pequeña anotación sin romper la narración. Mientras, en el segundo simplemente se especifica la ubicación que ya sabemos.
Como vemos, tanto en los ejemplos con paréntesis como con rayas, la narración no se para. Los enunciados siguen siendo correctos si eliminamos dichos incisos.
Cuidado. Esto no significa que tengamos que usarlos tanto como queramos. La preferencia siempre van a ser las comas, si fuese posible, pues, al fin y al cabo, estás pausando narración y que haya este tipo de incisos en cada párrafo no es lo idóneo.


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