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Los signos de puntuación principales con los signos dobles

  • Foto del escritor: shalmalec
    shalmalec
  • 22 may 2024
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 10 jun 2024

Entendemos por signos dobles aquellos que tienen un signo de apertura y otro de cierre. Son los siguientes: las rayas, los paréntesis, los corchetes y las comillas. También podríamos incluir los signos de interrogación y exclamación, ya que siguen las mismas reglas, pero estarán en una entrada aparte.


  • Los signos delimitadores principales (punto, coma, punto y coma, y dos puntos) siempre se escriben después del signo de cierre, no del de apertura:

«Llegas a decirme esa burrada, “vete a la mierda”, y te mando volando a la otra punta del mundo», era la amenaza de mi madre.

El mensaje decía: «Llegaré pronto»; pero llegó dos horas después.

Tuve que cuidar de mis primas el fin de semana —mis tíos me pagaron—.

Nunca me escuchas, siempre te vas (¡es incapaz de admitir sus errores!).


  • El signo de cierre ya marca el final de dicho enunciado, así que no hay que colocar punto final antes. Excepto si el discurso principal también se cierra al mismo tiempo, en cuyo caso se escribe después.

Mi madre está enfadada con mi hermano pequeño: «No puedo creer que hayas vuelto a suspender cinco asignaturas. Pensaba que ya habíamos solucionado esto», miró a mi hermano, «No sé qué he hecho mal contigo».


  • También puede darse el caso en el que el discurso delimitado abarque todo el enunciado:

«No quiero hablar más del tema». Se giró y se marchó sin contemplaciones.

Pasamos una navidad horrible en casa de mis tíos. (Dudo mucho que repitamos).


  • El discurso que introducen los signos dobles tiene su propia puntuación interna, la cual no tiene dependencia alguna con el discurso principal. Signos como los de exclamación e interrogación, o los puntos suspensivos tampoco interfieren:

Me preguntó: «¿Compraste el regalo?».

«Vaya tela...», se tiró del pelo de la desesperación que sentía.

La casa de mi abuela (tres habitaciones: la de matrimonio y dos individuales; dos baños, uno de ellos en la habitación de matrimonio; un garaje de dos coches; etc.) está en venta (¡una ganga!).

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